Es posible que algunos jugadores de rol pueden pensar que en las largas partidas de AD&D, Los Mitos, Vampiro, cuando las circunstancias obligan a lanzar los dados una y otra vez, como manda la tradición, es la mano de la suerte y el azar quien toca las pequeñas piezas poligonales mientras ruedan por la mesa hasta descubrir su decisión en forma de número. Es posible, pero yo no soy de esos jugadores.
Decidme si no habéis sentido alguna vez un escalofrío mientras los dados pasean antes de mostrar su veredicto. Necesitabas un 01 en dos dados de diez caras y ahí está; una combinación entre 100 y en ese preciso momento. Tal vez pienses que eso significa que de cada cien veces que tires los dados, una de ellas obtendrías ese resultado, y matemáticamente es así, pero tú sabes que podrías estar toda la tarde lanzándolos, y no volverías a tener esa combinación. Y qué hay de esas ocasiones en que te hacen falta varios resultados difíciles, y como por arte de magia, uno tras otro los dados te dan lo que buscas.